miércoles, 5 de diciembre de 2007

Naila ……¿aun eres mia?




El aun podría ser un buen remedio, pero no quedo mas que adaptarse al ahora, peligroso quizás por el proceder de sus movimientos al compás del reloj. Entretejido sea el acercase de los minutos dando un paso fúnebre a las horas, dejando caer aquel tesoro tan preciado, el tiempo.

En aquel rincón reposaba una niña que visiblemente se veía demasiado triste, pero no era todo melancolía, ya que la incesante charla con un individuo del cual no recuerda el nombre, abrasaba su mente de manera despiadada y sagaz. Aquel hombre que todas Naila ……aun eres mia?


En aquel rincón reposaba una niña que visiblemente se veía demasiado triste, pero no era todo melancolía, ya que la incesante charla con un individuo del cual no recuerda el nombre, abrasaba su mente de manera despiadada y sagaz. Aquel hombre que todas las noches se veía obligado a buscar compañía con un arma muy potente que se componía de un liquido que trasformaba los pensamientos y las visiones de todo aquel que lo ingería, sin embargo se veía venir que este señor estaría todas las noches en la misma mesa que quedaba limpia uno y otro y otro día.

Aquel día, llego una niña a pedir empleo, raro en un lugar donde se juega con las ilusiones y se lamentan los fracasos si antes haberlos intentado, esa niña, morena de pelo rizado con una margarita que le había puesto su mama al salir de la casa que adornaba su cabello como aquella silueta de la misma sirena . Naila, acostumbrada a obedecer de manera inmediata, tenia una cita pactada con su destino inmediato, laborar en una cantina.

Triste, por en la jungla de asfalto, los trabajos de todos colores y sabores abundan para ser tocados por la mano del hombre y la mujer, por supuesto.
las noches se veía obligado a buscar compañía con un arma muy potente que se componía de un liquido que trasformaba los pensamientos y las visiones de todo aquel que lo ingería, sin embargo se veía venir que este señor estaría todas las noches en la misma mesa que quedaba limpia uno y otro y otro día.

Aquel día, llego una niña a pedir empleo, raro en un lugar donde se juega con las ilusiones y se lamentan los fracasos si antes haberlos intentado, esa niña, morena de pelo rizado con una margarita que le había puesto su mama al salir de la casa que adornaba su cabello como aquella silueta de la misma sirena . Naila, acostumbrada a obedecer de manera inmediata, tenia una cita pactada con su destino inmediato, laborar en una cantina.

Triste, por en la jungla de asfalto, los trabajos de todos colores y sabores abundan para ser tocados por la mano del hombre y la mujer, por supuesto.